October 15, 2007
Mientras el gobierno socialista trata a duras penas de sacar de las cunetas y de las fosas comunes a los asesinados del bando republicano y de reivindicar la inocencia de cuantos fueron condenados a muerte en juicios militares sumarísimos sin ninguna garantía, la Iglesia bajo la divisa de la santa desvergüenza eleva a sus mártires de la guerra civil a los altares por si aún no tenían bastantes rótulos de calles, monumentos y cruces en las fachadas de los templos, con lo cual la división de las dos Españas va a ser consagrada por toda la eternidad en la tierra, en el cielo y en el infierno.
Juan José Millas en su columna “Militante” del Domingo 14 de Octubre en El País
Millás no es santo de mi devoción, pero aquí tiene parte de razón. En mi opinión, la Iglesia puede hacer lo que quiera; como si quiere santificar a Stalin.
Pero lo que no tiene sentido es que critique ciertas cosas, con los argumentos con las que las critica, y luego salga por donde sale. Aunque, como dice la Biblia, que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha… La pega es que estos sólo tienen mano derecha.