El espejo en el que se mira Paquitall, además de un tramposo de tomo y lomo (y éste de verdad; sólo hay que buscar qué pasó en Qatar en el 2004), es un chantajista y un cagón. Sólo hay que ver a quién admiras para saber qué tipo de persona eres. Paquitall se ha retratado.