La ciudad condal acoge estos días esta interesante exposición, donde se muestran, con una crudeza cercana al morbo, todas las peculiaridades de esta cárcel del alma, que la consciencia llama “cuerpo”.

Dicha exposición ha pasado con éxito por diversas ciudades europeas, e incluso se rumorea que puede recalar en la capital española a partir del, no tan lejano, próximo año.

En cualquier caso, si la montaña no va a Mahoma, quizá deba ser Mahoma quien vaya a la montaña.

Dicho queda.