José Luis Requero es vocal del CGPJ. O sea, uno de los que manejan el cotarro, de los que parten el bacalao. Pues bien, en La Voz de Asturias se marca esta interesantísima entrevista donde dice cosas como estas:

P: Se lo habrán preguntado más veces, pero y si tuviera un hijo gay.

R: Sería algo muy triste. Estaría muy apenado. Una relación homosexual no es natural. Intentaría ayudarle para que rectificara. Es posible.

P: ¿La homosexualidad tiene cura?

R: Hablar de curación implica patología. Yo no soy médico ni psicólogo, por eso prefiero utilizar el término rectificar.

P: ¿Así que de ir a su boda mejor no hablamos.

R: Jamás iría a la boda de un hijo homosexual porque no creo que sea una boda. Una boda es una fiesta y en eso no hay nada que festejar.

Y luego el tío tiene los santos cojones de decir, cuando le preguntan que si le molesta que le etiqueten como conservador, que “Si ser conservador, es mantener la independencia, ser un profesional dedicado a su trabajo y no ser un militante con toga, sí entonces soy conservador”.

Ya, no, mira, José Luis. Ser conservador no significa lo que a ti se te ponga en los cojones. Ser conservador, en este caso, es un eufemismo para definir lo que tú eres.