Con todo a su favor para poder rematar el campeonato, el patán de Peppona se cae. Ha sido incapaz de dejar sentenciada la MotoGP.

¿Qué será lo próximo? ¿Cuando esté a punto de llegar a meta en el próximo circuito se dará cuenta de que no se ha atado los cordones de las zapatillas y se hostiará al intentar hacerlo? ¿O derrapará en una curva cuando alguien le diga: “Eh, mira, Rossi, un burro volando” y mire?

¿Se va a dedicar a desperdiciar todas las ocasiones que tenga de proclamarse campeón haciendo el ridículo de esta forma?

Para resolver estos interrogantes habrá que esperar un poco más porque Torponne ha decidido que el sentido del equilibrio no era importante en esta prueba.