Con permiso
Habla Marías en su artículo del domingo sobre los chaqueteros y sobre la desmemoria; cómo es ya tan habitual que nos la cuelen y así unos se hagan pasar, interesadamente, por lo contrario de lo que eran hasta hace bien poco, por supuesto sin transición lógica. Incluso, nos dice, tienen algunos la desfachatez de cambiarle la opinión (o modelarla a la carta) a los que ya no pueden opinar. Y pone el ejemplo de ciertos escritores catalanes ya muertos cuya efigie se paseó por manifestaciones independentistas como si estos siempre hubieran hecho campaña por ella cuando ni una palabra escribieron al respecto. Hasta ahora yo asentía con el ceño fruncido, así muy serio, mientras leía. Pero entonces llegué a esto otro:
Pero la absoluta falta de escrúpulos de los actuales dirigentes pasa por encima de eso: como no pueden protestar por la utilización tendenciosa de sus rostros y nombres, se los convierte en acólitos póstumos de Mas y Junqueras, con el permiso de sus respectivas, frívolas familias.
Y ahí ya me chirría esa coletilla que lo cambia todo. Porque dice Marías que no puede saberse lo que opinaban pues no dejaron nada escrito ni publicado sobre este particular. Pero parece claro que sus familias (¿por qué frívolas?) sí pudieran tener este conocimiento y saber de primerísima mano lo que sus allegados pensaban de la independencia catalana (o siquiera de una votación no partidaria para dilucidar si era mayoritariamente deseada). Desde luego si esas familias inventan o trasladan sus propias opiniones a las de sus famosos y fenecidos parientes podríamos hablar de frivolidad y mezquindad pero eso estaría por demostrar.
Podemos
Al final del artículo mete de tapadillo una crítica a Podemos (sin nombrarles, pero no es necesario) algo forzada. Le cito y a continuación algún comentario al respecto:
[…]no me parecería aceptable que me pagaran –como les ocurre a algunos que se proclaman “puros” y sermonean– una televisión financiada por el régimen iraní, o el Gobierno chavista, o el actual Israel, o la Cuba de los Castro (o la autoridad palestina, dicho sea de paso). […]la Venezuela de Chávez y hoy de Maduro es una dictadura de facto: aún hay caraduras que sostienen que no es así, que allí se ganan elecciones, como si éstas no estuvieran controladas y como si no fueran posibles las dictaduras de caciques votados (Hitler es el ejemplo clásico, aunque no el único)
Puros
Es esta una acusación (la de que van de puros e inmaculados) que ya se viene escuchando desde hace mucho y que creo que es una ingeniosa estrategia que hace uso del lenguaje para poder difamarles. En realidad yo no diría que ellos van de puros sino de “normales” frente a la descontrolada oleada de corrupción de la que los políticos son protagonistas.
El truco está en que al insistir en que “van de santos”, cualquier pequeñísima multa de aparcamiento sin pagar o boli que se lleven de un hotel les deja como unos hipócritas corruptos y mentirosos. Cuando la realidad es que ellos sermonean lo mismo que Marías muchos domingos en sus artículos y de la misma manera van de puros. Es decir, simplemente se quejan como cualquier persona normal y se proponen para cambiar las cosas como personas normales que son. No porque destaquen de la mayoría de la gente como iluminados sino, al contrario, porque son más parecidos a la mayoría que los tradicionales, enceguecidos políticos.
Chávez
Dice Marías que todavía hay caraduras que sostienen que no hay una dictadura en Venezuela. Aparte del anecdótico cumplimiento de la ley de Goldwin, decir que en la Alemania nazi se dieron elecciones habiendo una dictadura no demuestra de por sí que eso necesariamente ocurre en Venezuela. Es lógica básica. Algo más tendrá que aportar para apoyar su tesis.
El hecho es que hay elecciones y que yo recuerde al menos unas las perdió Chávez (¿en qué dictadura se ve algo así?). Pero no sólo es una opinión mía, también lo es de observadores internacionales.
Podríamos decir que Marías tiene la caradura de asegurar que hay una dictadura sin aportar ninguna prueba cuando los observadores internacionales y la realidad dicen lo contrario hasta ahora.
Vender
La falacia que contiene toda la cita de más arriba es una de las favoritos de los enemigos acérrimos de Podemos. Una cosa es colaborar con regímenes totalitarios (si es que lo son) para fortalecerlos y otra es estar simplemente relacionado con ellos.
Es decir, es muy distinto que cobres de Cuba por idear un mecanismo de tortura para los disidentes que venderle al gobierno cubano libros de Marías para que los repartan entre la población más desfavorecida.
Pasando por alto tu reciente odio irracional hacia tu otrora admirado MaríA, he de decir dos (dos) cosas.
1. Es cierto que a Podemos les acusan de virginales, para, así, a la menor mancha en la ropa, ya tienen algo con qué atacarlos; pero también es cierto que ellos sí que llevan esa aureola de “si nos votáis a nosotros no habrá corrupción ni escándalos, porque venimos a dar ejemplo” (como se demostró en su renuncia al sueldo completo de eurodiputado, sin ir más lejos) y es por eso por lo que todos los medios de comunicación de este país se afanan en sacarles, como bien dices, cualquier multa por exceso de velocidad para que quede claro que, en el fondo, son la misma mierda.
Y no son la misma mierda. No es lo mismo la beca de Errejón (ese pequeño hijo de puta, responsable de todas las muertes que se están produciendo en la Franja de Gaza en los últimos años) que el caso de los Cursos de Formación de Andalucía. Y eso por no hablar del Partido Popular al completo, el cuál está a punto de ser llevado, como Institución -no ya este caso o el otro- al banquillo de los acusados.
2. Por otro lado, lo que yo no acabo de entender es tu defensa a ultranza de Venezuela. Partimos de la base de que aquí ninguno tenemos, realmente, ni idea de cómo es el clima político allí, de modo que toda la información que recibamos está viciada. En cualquier caso, el artículo que mandas no despeja, precisamente, muchas dudas. Más bien habla de denuncias de fraude, manifestaciones y tiroteos en plena calle. No refleja una jornada electoral propia de un país del primer mundo. Como tampoco lo reflejan las apariciones públicas de los gobernantes venezolanos (¿he de recordar el “Chávez nuestro, que estás en los cielos”?)
Quiero decir con esto que MaríA es libre de decir lo que quiera, pero que esa adoración al régimen venezolano es algo que, a mi entender, los responsables de Podemos es algo que deberían aclarar, porque no suena nada bien. Y con razón.
p.d.: lógicamente, no es lo mismo ir de vacaciones a sudamérica que suministrar secretos de Estado a los regímenes totalitarios. Eso es basura periodística.
2. Si todos los medios extranjeros se pusieran de acuerdo para decir que Ana Botella organizó ella sola la masacre del Madrid Arena yo me quejaría y diría que eso no es así y eso no quiere decir que la defienda a ultranza.
Pero además se da el caso de que el gobierno de Chávez es un gobierno de izquierdas y con algunas de las cosas que ha hecho o pretendido estoy muy de acuerdo (en líneas generales; no soy un experto en su política). Y me toca los cojones que si Chávez cierra una televisión es porque Venezuela es un país tercermundista sin libertad de expresión mientras aquí cerramos periódicos sólo por estar en euskera y somos lo más en democracia.
Lo que hay que entender aquí es que, por el mero hecho de que todo el mundo critique algo o a alguien, no hay que, automáticamente, salir en su defensa. Como siempre, en todas las facetas de la vida, habrá parte de verdad y parte de mentira, y ahí es cuando digo que toda la información que nos llega, ya sea en defensa o en ataque al régimen venezolano, es una información viciada.
Ya he dicho que no soy un seguidor de las políticas bananer….esto… venezolanas, pero, viéndolo desde fuera, hay muchas cosas que huelen mal. La propia figura de Chávez resulta poco halagüeña (por no decir “irrisoria”). Su discurso es propio de un tertuliano de bar, más que de un dirigente político y, para colmo, tenía su propio reality en la televisión, en una conducta propia de regímenes fascistas (¿ley de Goldwin?). Sus sucesores aparecen en la televisión pública vestidos en chándal rezando el “Chávez nuestro” y, según parece, Venezuela es uno de los países con más corrupción del mundo, por no hablar de la reciente orden de Maduro de encarcelar a todos los que protesten contra sus propuestas.
Estarás de acuerdo conmigo en que la imagen que se tiene de Venezuela (y, en general, de toda américa latina) es la de un país subdesarrollado, y, como digo, en parte es cierto.
Pues bien, si yo soy un dirigente político que aspira a presidir el gobierno español, y manifiesto públicamente (e, incluso, fanáticamente) mi admiración por un régimen subdesarrollado, lo menos que debería hacer es explicar el motivo de mis palabras. Y eso es lo que le critico a PI & Company. ¿No sería más lógico sentarse en una mesa y empezar a sacar datos sobre el funcionamiento de Venezuela y demás países adyacentes para demostrarle con hechos a la opinión pública que su visión está basada en prejuicios y en medias verdades, más que en la realidad?
Pero no lo hacen. O, al menos, lo han hecho muy tímidamente y con alfileres. Y eso hace sospechar.
Se podría argumentar que uno puede preferir un presidente honesto en chándal antes que a otro corrupto en traje y corbata, pero realmente no es ese el debate.
También se podría argumentar que la “Ley Mordaza” de Rajoy no es muy diferente a la orden de Maduro de encarcelar a los manifestantes, o que tener a alguien como Ana Botella al mando de NADA también es propio de un país subdesarrollado; y sí, en parte aquí nos jactamos de ser primer mundistas, pero no dejamos de ser un país con más de 5 millones de parados, con el principal partido político, al completo, a punto de sentarse en el banquillo de los acusados, con la hermana del Rey en peligro de encarcelamiento y con un gobierno que se quita de en medio a todo el que no baila a su son (noticia de hoy mismo, la “”dimisión”” de Torres-Dulce (amigo de José Lui).
Pero, aun con todo, la imagen de España es muy superior a la de Venezuela. Y si es una imagen viciada, basada en prejuicios, que venga PI y que nos lo explique.
Yo no he dicho que haya que defender a alguien “por el mero hecho de que lo critiquen” sino porque la crítica es injusta o falsa.
Si acusan encarnizadamente a Venezuela de ser una dictadura y no lo eeeeeeeeees, creo que hay que decirlo y no dejar que el mensaje (interesado puesto que falso) cale. Esto en el fondo no deja de ser el mismo problema de la manipulación de los medios. Desde el principio no interesaba que Chávez estuviera en el poder (creo recordar que uno de los ejemplos más sangrantes era el de El País, que lanzó una campaña a muerte contra él sin mencionar ciertos intereses editoriales que se habían visto truncados) y se le atacó con toda la artillería.
Supongamos que la imagen que tienen de España en USA es la de país ultracatólico tardofranquista (que puede ser: de folclóricos y subdesarrrolados [para ellos]). Pues si les muestras a Rajoy hablando, diciendo que no entiende su letra, o cómo entregamos una medalla policial a Nuestra Señora María Santísima del Amor, o cómo cerramos periódicos por hablar en otro idioma o… Con todas esas cosas les reafirmarás en lo que piensan y, sin embargo, no es del todo así.
Ahí voy: ¿cómo sabes que la crítica es injusta o falsa? ¿Estás en situación de afirmar que Venezuela no es una pseudo dictadura?
Porque ni tú ni yo hemos vivido en Venezuela, ni conocemos (corrígeme si me equivoco) a nadie de confianza cercano al país. Luego la única opinión que nos llega es la de los medios. Y si uno empieza a bucear en internet, va a encontrar las dos opiniones: tanto que es una dictadura encubierta, como que es un ejemplo de democracia.
¿Cómo podemos salir de dudas? Pues con hechos, no con opiniones. Esos hechos que PI no pone sobre la mesa. ¿En serio no te parece sospechoso? ¿Y por qué ese fanatismo? Insisto en que podría entender esa exacerbación por una figura como la de Gandhi o la de Martin Luther King, ¿pero por Chávez?
Algo huele a chamusquina.
p.d.: ¡un aplauso para la Virgen María!
Puedo afirmarlo con la misma seguridad con la que digo que USA es una democracia y no una dictadura encubierta. En Venezuela hay elecciones y ha habido observadores neutrales que velaban por la limpieza de los comicios; eso son hechos. Luego “aparentemente” es una democracia. Si es otra cosa encubierta, eso tendrá que demostrarlo el que lo afirme. Y hasta ahora poca demostración ha habido.
La realidad es que la imagen de Venezuela (ya esté ésta mejor o peor fundada) es muy mala, y si tú te comparas constantemente con ellos, la respuesta no puede ser un “demuéstrame tú que son corruptos”, porque no se debería tratar aquí de establecer una diatriba dialéctica, a ver quién es más hábil manejando la conversación, sino ofreciendo argumentos incontestables que demuestren tu punto de vista.
No sé si está claro lo que quiero decir. Me refiero a que si PI tuviera en su mano la prueba definitiva que demostrase que su admiración por Venezuela tiene realmente un sustento lógico, no tendría sentido que se la guardase en el bolsillo simplemente porque “tienes que ser tú el que demuestre lo contrario”. La política debería ir más enfocada a las soluciones reales que a la batallas de ingenios dialécticos.
En resumen, si PI considera razonable su fanatismo por Venezuela, es él el que debería convencer a la opinión pública. Por dos (dos) motivos: 1. porque así convencería a los más escépticos; y 2. porque le quitaría un arma política a su oposición. Motivos, ambos, de peso para hacer lo que le estoy pidiendo.
¿Por qué no lo hace?
Al contrario de lo que dices, creo que sería una pésima estrategia enredarte a hablar de Venezuela. Eso es una trampa.
Primero porque en una respuesta de un minuto (posiblemente el máximo de atención que van a darte para un mismo tema) no vas a sacarle a nadie de la cabeza la idea arraigada y preconcebida que tiene sobre Venezuela. Aparte de que es imposible dar una respuesta bien fundamentada en ese tiempo.
Segundo porque él quiere llevar la discusión a su terreno (la corrupción, la casta) y sus rivales quieren sacarle de allí. Cuanto más estés hablando de Venezuela, de ETA, o de Errejón, menos se habla de los temas que Podemos quiere poner sobre la mesa.
Es un tema muy jugoso para el que quiere hacer política de propaganda en vez de ideas y del que es difícil salir airoso. Si Pablo Iglesias da sus explicaciones sobre Venezuela el titular será “Pablo Iglesias JUSTIFICA su adoración por Chávez” con todo lo que de negativo tiene y que será con lo que la mayoría se quedará.
De todas formas yo creo que sí ha contestado más de una vez sobre ese tema. Y creo que es lo justo que lo haga, pero no le veo sentido a que esté respondiendo una y otra vez sobre lo mismo. Sobre todo cuando el que le pregunta, en muchas ocasiones, no quiere una respuesta sino echarle basura encima y que no se hable de lo demás.
A ver, por partes.
1. Insistes en decir (o en dejar caer, al menos) que la imagen que se tiene de Venezuela no se corresponde con la realidad, y eso es lo primero que habría que discutir. Latinoamérica, en general, es una sociedad menos desarrollada que las europeas, y el prejuicio (que existe) contra los latinos está en parte justificado. Otra cosa es caer en el rollo de llamarles “panchitos”, que a mí particularmente me toca, y mucho, los cojones, porque me parece una muestra de ignorancia sin visos de solución.
No puedes decir “es que a nadie les vas a quitar la imagen arraigada de Venezuela en un minuto”, pero es que eso es exactamente lo que habría que hacer: mostrarle a la gente (al votante culto, al menos) que la imagen preconcebida que tiene de latinoamérica no es adecuada, y si no lo haces, entiendo que es que tengo razón y que no tienes argumentos para defender lo que estás diciendo.
Dices que sí lo ha explicado en alguna ocasión, y yo, realmente, la única vez que le he escuchado decir algo al respecto fue en la entrevista con A. Pastor en la que dijo que envidiaba la figura de la revocabilidad del Presidente que existe en Venezuela (si bien ya vimos que con impugnaciones y con tiroteos en las calles).
2. Dicho eso, como estrategia política la cosa cambia. Efectivamente, sus rivales lo único que quieren es sacarle el tema de Venezuela para tocar esa fibra racista de la sociedad y meterles el miedo en el cuerpo. Entiendo lo que dices de que PI no puede caer en ese juego, pero imagínate esta conversación:
AP: ¿De verdad hay algo que le debamos envidiar a Venezuela?
PI: Sin duda alguna. Y aunque voy a ser muy breve al respecto, me gustaría que la gente en sus casas tuviera una imagen de Venezuela distinta a la que pueden tener preconcebida. En primer lugar, allí existe la figura de la revocabilidad del Presidente, lo cuál le permitiría a la gente destituir a un Presidente corrupto sin tener que esperar a que les siga robando 3 años más. En segundo lugar, allí reformaron la Constitución para establecer unas auditorías periódicas a la gestión tanto de los fondos del gobierno como a los bancos, y funciona bastante bien. Y en tercer lugar, tienen una ley de transparencia que obliga a los gobernantes a responder a cualquier duda de los ciudadanos con respecto a cualquier tema. No vale hacer comparecencias por plasma. Todo esto son medidas que pienso que habría que implantar en España.
No le llevaría ni un minuto, y dejaría el tema zanjado. Si alguien le vuelve a sacar el tema, no haría falta más que remitirse a lo que ya ha dicho.
Insisto en que me inclino a pensar que si no lo hace es porque no tiene esos argumentos, no porque no los considere adecuados.