Terminado oficialmente el verano, podemos hacer un breve repaso a lo más destacado:

      • Brief Encounter. El adulterio desde el punto de vista de una mujer. Como casi siempre en el cine clásico, cuenta con muy pocos intérpretes, pero de una gran profundidad psicológica cada uno de ellos. Película extremadamente delicada, cuya ténue ambientación y exquisita banda sonora te adentran en una dulce ensoñación que, sin darte cuenta, te abraza.  Un hombre habrá de enfrentarse a su destino en toda su crudeza.

 

      • The Heiress. Montgomery Clift y Olivia de Havilland nos cuentan una interesante historia sobre la pérdida de la inocencia. Quizá sea una de esas películas en las que el paso del tiempo ha hecho mella, pero, superada esa barrera, supone una película digna de verse. Montgomery Clift está fantástico como un hombre que debe enfrentarse a su destino.
      • Ladri di Biciclette. Pocas películas habré empezado yo a ver con peor predisposición para que me gustase. Como ya hemos comentado alguna vez, las historias en el cine suelen partir de un hecho cotidiano (como un enamoramiento o un desamor) que es llevado a unos extremos más bien irreales (dramatizado) para hacerlo más cinematográfico y, por ende, interesante al espectador. En otras palabras, si alguien filmase nuestras vidas cotidianas, éstas resultarían de lo más anodinas para el público, y es por eso por lo que es necesario dramatizar los acontecimientos.Y ahí radica el éxito de esta película, puesto que el neorrealismo lo que hace, precisamente, es eliminar ese elemento de dramatización descarado y, prácticamente, plantearle una situación cotidiana a un personaje anónimo, y pone una cámara delante para que veamos lo que pasa. Conseguir un efecto dramático tan grande con tan pocos artificios tiene un mérito extraordinario, y pocas veces he visto transmitir ese grado de sensibilidad en la gran pantalla en una película que no estuviese firmada por Charlie Chaplin. Enfrentarte a tu destino no es nunca tarea fácil, pero De Sica consige que lo parezca.

 

    • Smultronstallet. Traducido al inglés como “Wild Strawberries” y al castellano, sorprendentemente, como “Fresas Salvajes”.   Partimos de un argumento muy simple, en donde un viejo profesor recibe la llamada de su antigua Universidad para citarle a recibir un premio, debiendo enfrentarse a su destino durante el trayecto. Las películas de Bergman son son nunca fáciles de ver, y hasta podría considerarse un precursor de Haneke, en el sentido de desafiar al espectador mostrando temas desagradables. En cualquier caso, sus películas siempre plantean profundas reflexiones existenciales, con constantes referencias a la vacuidad de la existencia y haciendo un llamamiento a la reflexión ante la perspectiva de la inevitable muerte, invitando a mirar atrás y plantearte el objeto de tu existencia.
 Definitivamente, hay que ver más cine.