Llevaba yo tiempo queriendo comentar este tema en el blog, con lo que este artículo que sale hoy publicado en El País (y en todos los demás diarios, entiendo) me da el pie para hacerlo.

El titular de la noticia bien podría ser el siguiente:

Los senadores españoles deben atender las sesiones de la cámara baja provistos de pinganillos para poder entenderse unos a otros.

Sí, lo he escrito con cierto “retintín”, pero es que de verdad que creo que con esto hemos llegado ya a un punto preocupante.

Como toda persona razonable que se precie, estoy abierto a otras interpretaciones (y de ahí que inicie este “thread”), pero mientras escribo estas líneas me vienen a la cabeza palabras como “disparate”, “ridículo”, “bochornoso”, “lamentable”, “preocupante”, “descabellado”, “absurdo” y un largo etcétera.

… ¡por no hablar del gasto que supone para el Estado! (lo podéis ver en el artículo).

De verdad, se me va la mano con este tema, de modo que lanzaré la pregunta sin más dilación: ¿muestra de un Estado democrático y plural, o patochada propia de un país tercermundista?