Llevaba yo tiempo queriendo comentar este tema en el blog, con lo que este artículo que sale hoy publicado en El País (y en todos los demás diarios, entiendo) me da el pie para hacerlo.
El titular de la noticia bien podría ser el siguiente:
Los senadores españoles deben atender las sesiones de la cámara baja provistos de pinganillos para poder entenderse unos a otros.
Sí, lo he escrito con cierto “retintín”, pero es que de verdad que creo que con esto hemos llegado ya a un punto preocupante.
Como toda persona razonable que se precie, estoy abierto a otras interpretaciones (y de ahí que inicie este “thread”), pero mientras escribo estas líneas me vienen a la cabeza palabras como “disparate”, “ridículo”, “bochornoso”, “lamentable”, “preocupante”, “descabellado”, “absurdo” y un largo etcétera.
… ¡por no hablar del gasto que supone para el Estado! (lo podéis ver en el artículo).
De verdad, se me va la mano con este tema, de modo que lanzaré la pregunta sin más dilación: ¿muestra de un Estado democrático y plural, o patochada propia de un país tercermundista?
Resumiendo: no me parece muy mala idea, pero quizás en un momento poco oportuno.
Poco oportuno… ¿por el gasto que supone en plena crisis?
Obviando eso (aunque clama al cielo) ¿qué justificación le ves a que los senadores hablen en sus lenguas cooficiales durante la sesión y en castellano por los pasillos?
Por favor, elabora un poco tu punto de vista, porque a mí esta decisión que se ha tomado me suena más a “te vas a poner el pinganillo por mis cojones” que a otra cosa.
Bueno, digamos que iba a tener peor prensa precisamente por la crisis, sí.
Al parecer, según he leído, no supone un gasto extra sino que entra dentro del presupuesto establecido para la Cámara.
Por otra parte, si nos olvidamos de verdad de la pasta, puede verse incluso como un avance, ¿no? En España hay varios idiomas, además del español, y parece justo que estén representados en una Cámara que representa a todos los españoles. Y que quepa la posibilidad de expresarse en un idioma que es cooficial (en algunas regiones, de acuerdo).
El problema de estas cosas es que un país como el nuestro estamos todavía muy lejos de que estas cosas se vean de una manera normal: que los que quieren hablar esos idiomas lo dejen de verlo como una reivindicación polñitica de sus diferencias y que los que lo ven del otro lado no sientan que es una ruptura de la unidad social de ¡ESPAÑA!.
Aún así, desde mi punto de vista somos un país que aún no se ha desperezado de los años en los que todo estaba prohibido y seguimos pasándonos de frenada. Lo políticamente correcto no siempre es lo más práctico y en muchos casos no siempre es lo más lógico. Eso si: esto es una vergüenza.
Completamente de acuerdo con el Cardinal. Todos sabemos que en España tenemos una pluralidad de lenguas que, sí, supongo que es algo que enriquece culturalmente al país, pero llevarlo al Senado (y de esta manera) suena a reivindicación pueril que demuestra más falta de unidad que otra cosa. Y que conste que a mí, personalmente, me resulta bastante indiferente esa falta de unidad.
Efectivamente, estamos pasando de la prohibición total al “todo vale”, y no, no todo vale (¡como fumar! jijiji).
Llevarlo al Senado me parece el paso lógico, si lo que quieres es mantener y hacer bandera de esa pluralidad.
Esa pluralidad ya existe, está recogida en la mismísima Constitución y hasta es bienvenida por todos como patrimonio cultural, ¿qué más quieres?
Tener un idioma común, pero negarse a hablarlo obligando al resto a contratar un traductor, me parece desproporcionadamente reivindicativo.
Sí, la pluralidad existe, pero si no se refleja en casi ningún sitio y no se defiende, tú me dirás cómo sobrevivirá.
¿Cómo sobrevivirá? Las lenguas cooficiales sólo desaparecerán cuando los que las hablan dejen de hacerlo. El Senado no tiene nada que ver en todo esto.
A ver, Perogrullo, por veinte pesetas, formas de evitar que la gente deje de hablar en un idioma; por ejemplo, incluirla como lengua en una cámara de representación pública. Tiempo:
– Incluirla como lengua en una cámara de representación pública.
– Rotular en ese idioma.
– Mantener esa lengua como la principal en las escuelas.
– (ponga la suya)
Lo sentimos, ha perdido usted las 20 pesetas. Ninguna de esas parece ser la respuesta correcta.
Insisto en que la forma de mantener un idioma es hablándolo, no obligando a los niños que vienen de otras comunidades autónomas a aprenderla, o restringiendo los derechos de los trabajadores a tener igualdad de oportunidades.
El problema es, como siempre, el extremismo. Esto se parece mucho al debate sobre el tabaco (como ya te habrás dado cuenta) en el sentido de que yo estoy a favor de que los que tengan una lenga “propia”, además del castellano, que la hablen, pero que no obliguen (o condicionen abusivamente) a los demás a aprenderla.
El idioma oficial en España es el castellano, y todos los españoles tienen el deber de conocerla. Ver esto como algo propio de un Estado totalitario es lo que nos lleva a usar pinganillos en el Senado.
Primero un enlace que puede dar una pista sobre la pregunta “¿o patochada propia de un país tercermundista?”.
http://www.economist.com/blogs/johnson/2011/01/minority_languages
Y ahora, respondo a tu comentario:
¿Me estás diciendo que ninguna de las cosas que he dicho sirven para proteger un idioma, es decir, para que se siga hablando? Otra cosa es que te parezcan bien o mal, pero, en principio, parecen buenos métodos (como métodos en sí) para servir a ese propósito.
Lo que dices sigue siendo una perogrullada. La forma de mantener vivo un idioma es hablarlo. Y la forma de conseguir que un idioma, minoritario (o con menor influencia) con respecto a otro, se hable es potenciar que los que lo hablan lo sigan haciendo.
No sé si le veo mucho sentido a entrar al trapo de tu demagogia sobre obligar (¡pobres!… ¡tener que aprender!) a los niños a aprender otro idioma, o restringir los derechos de los trabajadores a tener igualdad de oportunidades. Eso último ya lo hemos discutido mil veces y sigue pareciéndome ridículo. Los trabajadores tienen las mismas oportunidades. Hablar de cercenar la igualdad de oportunidades es casi como decir que yo no tengo las mismas oportunidades de entrar a trabajar como médico que un tío que haya estudiado medicina. ¡Injusto!
Podemos volver a ese tema, si quieres. Para trabajar en la administración catalana tienes que saber catalán, pongamos. Caso 1: para trabajar en ciertas administraciones de Madrid seguramente tendrás que conocer las leyes regionales que apliquen a Madrid. ¡Injusto¡ Caso 2: trabajas en la administración catalana de cara al público y un ciudadano se dirige a ti en catalán. ¿Qué hacemos?
Sí, efectivamente, es muy parecido a la polémica del tabaco en cuanto a las posturas que se toman al respecto. Que no obliguen, dices ahora. Curiosamente, yo me mantengo más o menos en la misma línea. Unas cosas me pueden parecer más o menos razonables pero ni una “es una ley nazi” ni la otra es “una patochada de tercermundistas”.
El catalán, gallego y vascuence son idiomas cooficiales. Ver su uso en una cámara de representación (también de esas regiones) como una imposición nazi es lo que nos conduce a nacionalismos radicales (y también me refiero al español).
Creo que se puede discutir este tema en serio.
Lo primero:
A foreing language? A ver, el artículo da una perspectiva externa sobre la cuestión, y es bienvenida, pero eso que dice quizá venga desde un punto de vista tan externo que, realmente, podríamos decir que no sabe de lo que habla.
Las medidas que propones claro que sirven para proteger el idioma, pero al igual que ocurre con el tabaco, nadie está diciendo que se deba prohibir (el tabaco o las lenguas cooficiales) sino que hay que establecer ciertos límites en defensa de un “bien mayor”.
¿Y cuál es ese bien mayor?
Pues, desde mi punto de vista, el siguiente (siguiendo tu ejemplo):
Caso 1: creo que, al igual que hacías con la discusión del tabaco, vuelves a mezclar churros con merinas, o lo que es lo mismo, mezclas el fondo del asunto con lo accesorio. Si quieres acceder a un puesto que requiere ciertos conocimientos especializados, tendrás que obtener esos conocimientos, como es lógico, pero eso aplica a conocimientos sobre geología, si es que quieres diseñar plataformas petrolíferas, o a conocimientos anatómicos, si es que quieres ejercer como fisioterapeuta. Lo que de ninguna manera puede implicar, son conocimientos especializados sobre el idioma de esa concreta región. ¿Por qué? Pues porque todos los españoles tienen el deber de conocer el castellano. Si además tú hablas otra lengua, producto de una larga tradición cultural, pues bienvenido sea, pero yo no tengo el deber de conocerla.
Caso 2: pues pedirle que me hable en castellano, como es lógico. ¿Por qué? Pues porque todos los jodidos españoles tienen el deber de… lo mismo. Es él el que tiene el deber de conocer el castellano, no yo de conocer el catalán.
Lo que digo no es demagogia. Si trabajar en la administración catalana implica el deber de hablar el catalán, lo que haces es imponer una condición abusiva que es, por definición, anticonstitucional. Yo, insisto, no tengo el deber de conocer el catalán. ¿Que lo hablo? perfecto; ¿que no me importa aprenderlo? perfecto, pero no tengo obligación ninguna de conocerlo ni me pueden imponer esa condición. Ese desconocimiento del catalán en ningún momento puede tener el más mínimo efecto sobre mi idoneidad para desempeñar ese trabajo.
Tampoco creo que sea ninguna perogrullada lo que dije. Como hemos dicho siempre, “el verdadero éxito no necesita reafirmación”; esto es, que tu idioma ya existe, y existirá siempre mientras lo sigas hablando. Llevarlo al Senado supone una necesidad de reafirmación que sólo demuestra “inseguridad”.
El comentario del enlace no creo que sea tan desacertado. Para muchos catalanes el castellano es un idioma extranjero.
Vayamos a los casos:
1- ¿Inglés? Siempre acaba saliendo el inglés. En algunos casos te obligan a aprender inglés. Es más: el inglés es obligatorio en la escuela. Tal vez debería serlo también el catalán/vascuence/euskera. Pero es más, para un puesto diplomático, por ejemplo, puede ser (no lo sé) que te exijan francés, por ejemplo. Necesitas esos idiomas para desempeñar tu labor. Lo cual nos lleva a:
2.- Ajá. Pero él tiene el derecho a hablarte en catalán. Y tú le estás prestando un servicio. Le estás prestando un servicio a alguien en una región que tiene como idioma cooficial el catalán. Es decir, que no te está hablando en swahili. Tú tienes el deber de atenderle de la mejor manera posible y como él lo tiene de expresarse en catalán, lo lógico es que tú sepas catalán. Así que sí, él tiene el deber de conocer el castellano y tú comprenderle cuando se dirija a ti en catalán.
Ya ves que sí tiene repercusión en tu idoneidad para desempeñar ese trabajo.
Significa inseguridad. ¿Y qué? No entiendo dónde quieres llegar. Esto no es un partido de fútbol. No es cuestión de que prevalezca el más fuerte. Ni de qué idioma es “mejor”. De ser así, “perdería” el castellano frente al inglés. ¿Y acaso no se intenta proteger el castellano frente a éste último?
Evidentemente catalán/gallego/vascuence son idiomas minoritarios. Por eso necesitan más defensa frente al castellano que es un peso pesado a su lado. O desaparecerán. Y eso hemos dicho que no queríamos.
“Tan” desacertado, dices. Porque desacertado desde luego lo es, y un rato largo.
STOP.
Nunca he entendido tu comparación de las lenguas cooficiales con el inglés. De verdad que no.
Tu comparación no es válida porque en los puestos de trabajo en los que se requiere saber inglés (o cualquier otro idioma) es porque, en el desempeño de las funciones propias de ese puesto de trabajo, se hace necesario el trato con… (y aquí es donde se desmonta tu observación) “personas” de otro país. Lo que no tiene justificación ninguna es requerir el conocimiento especializado de un idioma para tratar con gente de tu propio país, que no sólo conoce la misma lengua que tú, sino que tiene el deber de conocerla.
Creo que es muy evidente esto que estoy diciendo.
STOP.
Mas cosas: ¿él tiene derecho a hablarte en catalán? ¿tiene el deber de hacerlo? ¿tengo yo el deber de entenderle? Mmm… ¿dónde dice eso la Constitución? No, no lo dice. Lo que sí dice es que todos los españoles tienen el deber de conocer el castellano, y el derecho a usarlo, y es por eso por lo que si tengo que atender a una persona que se dirige a mí en catalán, le pediré con toda la educación del mundo que se diriga a mí en castellano, porque ni le entiendo, ni tengo por qué entenderle.
STOP.
Cuando digo que implica “inseguridad”, quiero decir que llevar las lenguas cooficiales al Senado no parece un acto de preservación lingüística, sino, más bien, una reinvindicación política fuera de lugar.
STOP.
Por último… ¡y dale con que desaparecerán! En el Senado no se ha hablado jamás en otro idioma que no fuese el castellano, y las lenguas cooficiales no sólo no han desaparecido, sino que en los últimos años han cobrado más peso que nunca (si no recuerdo mal, no hace muchos años eran considerados simples dialectos, y ahora tienen el reconocimiento de lengua cooficial).
Lo siento, pero me sigue sonando a reinvidicación inapropiada y a maniobra política para “ganar terreno”. España, (pero qué digo…) ¡ESPAÑA! no es un estado federal, ni Galicia es un país, ni las Comunidades Autónomas tienen plena autonomía en su organización política. Esto es así a día hoy, y hay un motivo para ello. Si se decide que lo mejor es disgregarse y que pasemos a ser 4 países, pues adelante con ello, pero lo cierto es que eso, en el fondo, nadie lo quiere, porque los que reclaman independencia son los primeros que saben que por separado perderían hasta lo poco que tienen.
Por poner un ejemplo muy ilustrativo (y sin ánimo de desviarme del tema) el F.C. Barcelona ofrece día sí, día no, pancartas reinvindicativas de que “Cataluña no es España”… pero compiten en la liga española, no es la catalana. Y sus jugadores juegan en la selección española, no en la catalana.
Es una demostración de incoherencia que sólo viene a decir aquello de que “te quiero para lo bueno, pero no para lo malo”. Y eso no vale.
One:
Tu error aquí está en confundir el “deber de conocerla” con el “deber de usarla”. El catalán es cooficial (por enésima vez) en Cataluña y existe, por tanto, también, el derecho a usarla. Y creo que ese derecho está justificado y debe defenderse. Así pues, por mucho que tu interlocutor tenga que saber castellano, ha decidido que prefiere expresarse en catalán. Y como está en su derecho, tú tendrás que poder entenderle, para lo cual necesitas conocer el catalán.
Two:
Es que hay dos cuestiones en este asunto. Si los casos expuestos son legítimos, por un lado, y legales, por otro. Precisamente se pretende legislar en estos asuntos (hacerlos legales), con lo cual, según tu postura, una vez que se han impuesto esas normas, estarán bien puestas.
Yo creo que, además, son legítimas, porque me parece cuanto menos razonable aceptar esos idiomas como propios de la cultura de España y promocionar su uso. De este modo, se sigue que es razonable que sus hablantes tengan derecho a usarlo (aceptemos que se les restringe a sus territorios) y por tanto es razonable pedir a alguien que vaya a trabajar en esas regiones que los conozca.
Y respondiendo a tu pregunta:
Lo cual nos lleva a:
Three:
Eso es una interpretación tan válida como decir que la pólemica en contra de esa decisión surge de un odio centralista hacia los catalanes/vascos/gallegos.
Four:
Un idioma no desparece así como así, claro que no. Pero eso no quiere decir que no haya que protegerlos. Han cobrado más peso precisamente porque se les ha dado mayor importancia con el fin de defender su uso. Y defender el derecho a sus hablantes a estar representados y a poder usarlo.
Y aquí no se está hablando de independencia. No mezcles.
Eins: Él tiene el derecho a expresarse en catalán, de acuerdo, pero es de primero de E.G.B. que el derecho de una persona termina donde empieza el de otra, y esto es lo que parece que no ves claro, ni en este tema ni en el tema sobre el tabaco.
Él tiene derecho a hablarme en catalán, sí, pero lo que no tiene es, como quien dice, derecho a imponerme semejante condición abusiva en mi búsqueda de un empleo.
Y todo esto dejando a un lado la obviedad de que si dos personas comparten el mismo idioma ¿por qué han de ponerse la zancadilla a sí mismos?
Zwie No estoy muy seguro de a qué estás contestando en tu punto dos, pero quiero volver a destacar el ejemplo del inglés que puse antes, porque creo que es muy bueno.
Esta discusión sí que tiene que ver en cierta medida con el independentismo, puesto que, como decía en mi ejemplo, el uso del inglés (o del francés, o del idioma que sea) se exige cuando se hace necesario el trato con un país ajeno al nuestro, y ni Cataluña, ni Galicia ni el País Vasco son países ajenos, sino que son parte de nuestro país; con ciertas peculiaridades culturales, pero que comparten la misma unidad, tanto política como lingüística.
Aquí es donde viene a colación lo que decía de que para unas cosas quieren tener consideración de país, pero para otras no, y eso, insisto, no vale.
Drei Verlo como un odio centralista resulta difícil cuando salta a la vista de cualquier persona con un cerebro mínimamente desarrollado que cuando dos personas que hablan la misma lengua se cruzan por la calle, deben hablar en la lengua que ambos comparten. Si no lo hacen, están demostrando que el objetivo de su encuentro no es entenderse con facilidad.
Vier “Nadie” (entre comillas) está atacando a las lenguas cooficiales (LC), de la misma manera que nadie está en contra de que una persona fume. Fume usted si quiere, pero en el momento en que esa adicción (porque es lo que es) comienza a condicionar el “orden social” (por llamarlo de alguna manera) es cuando se toman medidas para proteger un bien mayor.
En el caso de las LC es más o menos lo mismo. ¡Hablen ustedes su lengua!, ¡no la pierdan por nada del mundo!, pero no podemos permitir que un extremeño afincado en galicia carezca de las mismas oportunidades laborales que un gallego, simplemente porque éste desea expresarme en un idioma que el otro no conoce, ni debe conocer.
Y, ojo, el predominio, y defensa, del castellano sobre las demás LC no es algo gratuito. Es una cuestión… “educacional”, si prefieres llamarlo así. En otro comment lo desarrollaré más, pero me estoy refiriendo a que el castellano es un idioma hablado por millones de personas en muchos rincones del mundo, mientras que las LC son idiomas hablados por unos pocos miles de personas, y en regiones muy concretas de un sólo país.
Ya lo desarrollaré más, como digo.
Al hilo:
http://www.marca.com/2011/02/13/futbol/equipos/girona/1297625504.html?a=07f577852f1c7d1ef0c55b0424f5a5ec&t=1297685555
¿Por qué lo dejas ahí? ¿Tú qué opinas de eso?
¿No eres capaz de dar una respuesta sin que antes te diga yo lo que pienso? ¿Es para poder llevarme la contraria?
A mí me parece bastante razonable que le puedan preguntar en catalán y que él pueda contestar en ese mismo idioma.
… y el que no sepa catalán, que se joda y que lo aprenda.
Es lo de siempre, esto no es el salón de tu casa; estás dando una rueda de prensa ante medios de comunicación a nivel nacional. Aunque sólo fuese por educación, digo yo que lo lógico sería hablar en el idioma que todos entienden. Amén de que los periodistas han ido ahí a recoger unas declaraciones, y si les hablas en un idioma que no conocen, no pueden hacer su trabajo.
¿Y si a Guardiola le da por responder en turco a las preguntas de los periodistas? ¿Habría que contratar traductores?
Tu demagógica “teoría” de “y el que no… que se joda…” se puede aplicar a todo, claro.
¿Y el que quiera fumar, que se joda?
Eso es pura demagogia. Porque sí, que “se joda”, como “se jode” cuando el entrenador que habla es inglés. “Un momento, pero es que ese no habla castellano, no es lo mismo”. Pues por educación, que lo aprenda antes de venir a nuestro país. Speak my language, muthafucka.
Además, así podemos seguir reduciendo el ámbito del uso del catalán (que, recordemos de nuevo, es un idioma cooficial) a su mínima expresión. Libros escritos en catalán, a tomar por culo: ¿el que los quiera leer y no sepa catalán que se joda? Tú mismo te retratas: “esto no es el salón de tu casa”, dices. Quieres confinar el catalán solamente al ámbito privadísimo. A mí eso me parece una aberración pelín fascistoide que, por desgracia, ha calado entre muchísima gente.
¿Dices que los periodistas hacen su trabajo? Es que eso me parece de coña. Me recuerda a los pesados de los micrófonos de los programas del corazón que, después de preguntar una impertinencia para que el famosete salte, le espetan que “nosotros sólo estamos trabajando”. No creo que ningún medio pague a Guardiola o a quien sea por dar esas ruedas de prensa. Trabaja, claro que sí, pero con el material que te den. Si en un entrenamiento a puertas abiertas Guardiola decide dar ciertas instrucciones a Piqué en catalán habrá que poner también el grito en el cielo porque los periodistas están trabajando y no lo pueden entender, supongo. ¿Y los periodistas catalanes no están trabajando? De coña, de verdad.
A todo esto le podemos sumar la actitud del entrenador en ese vídeo, en absoluto radical. Me preguntas en castellano, te respondo en castellano; me preguntas en catalán, lo hago en catalán. No parece que el maleducado sea él, precisamente. Si como él mismo dice, le hubiera preguntado un medio inglés en su idioma y él hubiera contestado en el mismo, seguramente no dirías esa chorrada de “es que están trabajando” ni “medios de comunicación a nivel nacional”.
No sé, toda tu respuesta me parece un despropósito del quince. Y lo peor es lo que decía antes, que esa actitud está calando y muchos medios se encargan de que siga siendo así.
Venga, pongamos un poco de coherencia…
Lo más sensato que he escuchado sobre este debate, para ser sinceros, es aquello que dice que el problema de las lenguas cooficiales es más un problema de hecho que de derecho, como quien dice.
Me explico.
A día de hoy hay todavía mucha gente por los rincones de España que, de hecho, no sabe hablar castellano. Dejando a un lado, de momento, otros factores, lo cierto es que si una de esas personas tiene que ir al médico, pero no sabe explicar en castellano lo que le pasa y el médico no sabe hablar su lengua cooficial, entonces tenemos un problema. Dejémonos ahora de derechos laborales, constituciones españolas y demás historias. Tenemos a una persona que necesita ser atendida y no tenemos a nadie que sepa entenderle. ¿Qué hacemos?
Desde esta perspectiva parece claro que se hace necesario incorporar al plantel de trabajadores un porcentaje (mayor o menor) de personas que puedan comunicarse en los dos idiomas, viéndose justificada esta medida en la necesidad de resolver un problema que existe de hecho.
Ahora bien, analizando la situación desde una perspectiva “de Derecho”, la cosa se complica.
Estamos hablando de que el Estado debe proteger y fomentar el aprendizaje y el uso de las lenguas cooficiales, de acuerdo; pero, señor mío, siguiendo el mismo criterio, ¿no debería el Estado fomentar, con mayor razón incluso, el aprendizaje y uso del castellano?
Como ya he dicho otras veces, la primacía del castellano no es un capricho, es una cuestión cultural. El Estado, haciendo uso de sus facultades paternalistas, obliga a sus ciudadanos a asistir a la escuela hasta una cierta edad, y les obliga a adquirir una serie de conocimientos esenciales. Pues bien, qué conocimiento habrá más esencial que el de la lengua común, que, además, es uno de los idiomas más hablados en todo el mundo?
Dejando a un lado ahora la situación que existe de hecho, y pensando en abstracto, si admitimos que debemos poner a trabajadores que hablen los dos idiomas, estamos dando por válido el hecho de que un porcentaje de la población española no sabe hablar castellano. En realidad, no sólo lo estamos aceptando, sino que estamos construyendo el organigrama jurídico alrededor de esa circunstancia, con lo que, presumiblemente, se convertirá en una situación que vaya a más.
No sé si me explico. Lo que quiero decir es que si aceptamos que debemos poner a trabajadores bilingües, lo que estamos haciendo es fomentar el desconocimiento de algo tan esencial como es la lengua común de todos los españoles; y eso en vez de decir: “señores, dense cuenta de que es necesario que ustedes adquieran un nivel cultural básico, porque si no conocen ni la lengua común, no van a poder ustedes ni acudir al médico cuando les ocurra algo, porque no les van a entender”.
No sé si queda clara la idea que quiero transmitir.
Creo que seguimos partiendo de dos sitios diferente. Las razones que das (habrá quien, por educación, situación o lo que sea no sabe más que catalán y a ése también hay que darle servicio) no son las que utilizo yo.
Sí, es verdad que esos casos pueden ser muy claros para defender la necesidad de poner como requisito el conocimiento de esa lengua. Pero yo voy más allá. Yo no me refiero a quienes no conocen el castellano, sino a quienes sí lo conocen, pero quieren hablar en su idioma (que el catalán lo es) y que les atiendan en su región pudiendo usar ese mismo idioma.
Luego, sí, estoy de acuerdo en que tienen que conocer el castellano, pero no van por ahí mis razonamientos. Yo me refiero a los que conocen los dos idiomas. Además, dices que el castellano habrá que protegerlo, y eso me parece un poco exagerado en lo que a este tema se refiere. Los recursos que se dedican a defender el castellano creo que coincidiremos en que son infinitamente mayores que los que se destinan a defender el catalán. ¿No?
Ok, ya veo a qué te refieres, pero no puedo estar de acuerdo con esa postura.
Puedo entender perfectamente que un catalán quiera expresarse en su idioma, porque, realmente, la lengua materna de cada uno es parte de su esencia, y renunciar a ella supone, en mayor o menor medida, una especie de renuncia a tu propia personalidad. De acuerdo. En cualquier caso, lo que hay que valorar es hasta qué punto ese uso de tu lengua materna afecta a los derechos de los demás.
Por decirlo de una manera simplona, lo que tú propones implica decir: “mira, yo sé hablar castellano perfectamente, pero como yo siempre he hablado en catalán, entonces todas las personas que quieran optar a un puesto de trabajo en cataluña van a tener que aprender el idioma que yo hablo; pero ojo, que ni siquiera es un idioma que conocen todos los catalanes, ¡sólo algunos!”.
Y ahí es donde yo digo que eso es pasarse de la raya. Lo que tú propones es una discriminación positiva.
Y aquí entra otra vez la cuestión “fronteriza”, porque tiene mucho que ver en todo esto. Si te vas a trabajar a una empresa francesa, te digo que lo lógico es que tú aprendas francés, no que todos los franceses de tu trabajo aprendan castellano; pero si te vas a trabajar a… una región de España en donde, además del castellano, algunos tienen otra lengua, pues lo lógico es que a ti te hablen en el idioma que todos entienden.
Sinceramente, en el caso que tú planteas no veo justificación alguna para que seas tú el que tengas que aprender a hablar una lengua que no es la tuya, cuando los dos hablais otra lengua común.