Me parece de justicia incluir la segunda parte del artículo del que ya hablamos en un post anterior.

Por sólo mencionar una cosa: insistir en llamarlas descargas ilegales, no las hace ilegales. Y que Marías dé por hecho que es algo inmoral compartir música, libros, cine y disfrutarlos de forma gratuita, no lo convierte al instante en inmoral.

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