Esto es lo que pasa cuando uno está enfermo, y el otro le da la razón en cualquier tontería que diga.
Así es, amigos, la inmortal obra de Shakespeare se titula como él mismo decidió titularla, y no como la soberbia de Fuckitall se empeña en renombrar, y como el otro refrenda como aquel que cumple mecánicamente con un deber. Ciertamente, la obra de Shakespeare no se titula “As you like”, señor Fuckitall. Deje de mentirle a todos los que están a su alrededor…
…pero no, Vd no es capaz de eso, ¿verdad?. No contento con haberle dado una buena patada a la literatura inglesa, y, de paso, a la verdad, ahora centra su maligno poder en intentar hacernos creer que Vd se cuenta entre los seguidores del gran Rafa Nadal, cuyo talento he tenido que salir tantas veces a airear ante el pasmoso silencio que parece adueñarse de mis contertulios con cada nueva proeza que consigue.
¿De verdad está Vd a favor de Rafa Nadal, señor F&T?. ¿Usted, que manifiesta públicamente estar a favor del dopaje en el deporte?. ¿De verdad quiere hacernos creer que una figura que destaca por su respeto es objeto de admiración por una persona que, como Vd, apaga sus cigarrillos en los carteles de “Por favor, por respeto a los demás, no fume”?.
Señor F&T, sinceramente, ¿usted se cree que en este blog somos gilipollas?.
Dos cosas:
1- Cuando el blogmaster autorice mi comment en su último post veras que algunos sacamos a la luz los errores de los demás con más clase que tu.
2- Triste es que cada dos por tres hagas comentarios que demuestran tu opinión de que yo no pienso por mi mismo. Dejaré de emitir mis opiniones.
No es que lo crea, es que tú me lo confirmas con asiduidad pasmosa.
Dice el dicho:
Viene Paquitall a confirmar la segunda parte con este extraño post en el que quiere aprovechar el rebufo de su unitario éxito para intentarnos colar un cúmulo de despropósitos, como que no odia irracionalmente a Nadal (eso ya ha sido destapado, no te molestes).
Porque (y aquí viene la confirmación de la primera parte de la cita) me equivoqué con el título de la obra de Shakespeare. Y si bien sigo creyendo que la traducción de “como quieras” o “como gustes” puede también ser “as you like” (sin el “it”), tiene ahora más argumentos él y yo tendría que buscar confirmación de lo que digo.
Con respecto a lo demás, aparte de que el Ordinal le pondrá en su sitio a no tardar mucho, semejante batiburrillo de sandeces no merecen que me moje en la batalla.
Alguien que argumenta que la razón para no hacer legal el dopaje es “porque está prohibido”, ha matado la discusión racional y sensata antes de empezarla.
Para gustos están los colores, pero creo que mi fluida prosa es una forma francamente elegante de mostrar un error.
No, por favor. Si lo que quiero es precisamente eso, que emitas TUS opiniones. Pero para eso es necesario que cortes toda vinculación moral que te pueda unir al enfermo. ¿No ves que cada vez que le das la razón entras en una espiral de orgullo y venganza?
Hazme caso, todo lo que toca el enfermo, lo pervierte. ¡Aléjate de él!
Viendo tu sorprendente nueva obsesión por los dichos populares, haré uso de uno de ellos para ilustrar tu situación:
Piénsalo.
Creo que deberías volver a leerte mis comentarios sobre el mundo de la traducción. Aquí no se trata de traducir nada, se trata de que a tu frase le falta el complemento directo.
Pensé que serías lo suficientemente hombre como para luchar por ti mismo. Claro que no sé muy bien por qué lo pensé. Cardinal, ¡dame algún motivo para pensar que F&T no dirige tus actos!. ¡Por favor!
Estoy de acuerdo. Matemos al que haya dicho eso. El dopaje no debe hacerse legal porque es insano y antideportivo. ¡Pero qué te pueden interesar a ti estas cosas!
A tu lista de virtudes añado la modestia. Vamos!, la añade fuckitall…yo soy un mero escribano.
La supuesta fluidez de tu prosa sólo sirve para despistar de la vacuidad de la misma. El problema es que al único que despista de manera efectiva es a ti con lo que, embobado por lo que tu crees un arte, sigues aferrandote a humo.
Y mintiendo. Mintiendo siempre (Fuckitall dixit, supongo).
¡Sal de su cuerpo, Satanás!.
¡SAL!