La política siempre da noticias. Cuando yo pensaba que los meses de pre-campaña y campaña no habían dado mucho juego y que después de las elecciones de Marzo la cosa se calmaría y la política, al menos en nuestras discusiones y post, pasaría a un segundo plano, el PP se ha empeñado en mantener el fuego encendido y nos ofrece cada día escenas que parecen sacadas de un libro de la historia de los Borgia.

Y no es que vaya a comentar aquí los sucesivos desplantes encajados por Rajoy en los últimos días, de los cuales el de San Gil es el que más daría para discutir y que espero que lo hagamos con un café de por medio, sino que aprovecho un artículo de Juan Carlos Escudier sobre los mismos en El Confidencial, y sobre la sombra de Mayor Oreja tras la rabieta de San Gil, para recordar el eterno problema de las incompatibilidades políticas, siempre curioso, y del cual este caso que cito a continuación no es, por supuesto, el único ejemplo:

“Truncada su carrera en el bel canto, Mayor (Oreja) debió de empezar a acumular algún resentimiento contra Rajoy, a pesar de que el gallego jamás le mostró inquina y hasta se avino a hacer el ridículo en su compañía y en la de los hermanos Oreja con motivo de una demanda que juntos presentaron contra Xabier Arzalluz. Fue en 2002, después de que el entonces presidente del PNV relacionara la renuencia del Gobierno del PP a aumentar la plantilla de la Ertzaintza en 200 efectivos con los intereses de Jaime y su familia en empresas de seguridad. El juzgado de primera instancia y la Audiencia Provincial de Vitoria tiraron del Registro Mercantil, comprobaron que dichas vinculaciones empresariales existían y desestimaron la demanda.”

¿Es lícito que un tío que ha sido ministro del interior desde mayo de 1996 hasta el año 2001, con la responsabilidad de gestionar, entre otros, los cuerpos de seguridad del estado, este ligado aunque sea familiarmente con empresas de seguridad privada?. ¿No nos parece no sólo más peligroso, sino además más reprobable desde un punto de vista ético-legal, permitir que políticos con posibilidad de influir en ciertos sectores tengan intereses en los mismos a que un tendero catalán rotule en un idioma cooficial? ¿Cómo no se le cae la cara de vergüenza?

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