Nuevo Gran Premio, y aquí estamos otra vez, al pie del cañón, para ofrecer un informe fiel de lo que ha ocurrido.
¿Y qué ha ocurrido?. Pues muy sencillo: que ha ganado el mejor piloto; que el negro sigue demostrando que no necesita a un compañero problemático en el equipo para hacer buenas carreras; y que a los soberbios, tarde o temprano, le apuntan todos los dedos que una vez dirigió él contra quien no debía.
Renault llegaba a este G.P. en un globo de esperanza hinchado por sus resultados en clasificación, pero no neck se encargó de estropearlo todo a falta de pocas vueltas. El asturiano no estuvo a la altura del coche que le había proporcionado su equipo, y nos ofreció un pilotaje agresivo que terminó con su monoplaza aparcado fuera de la pista. Aunque yo le entiendo, ojo, que no está Barcelona como para despreciar un sitio libre, y hay que soltar el coche a la primera que puedas. En cualquier caso, mira bien, Fernando, que ahora nadie se ha reído de ti por esto, como bien te reías tú del pobre Kova cuando apretó el limitador, o de Hamilton cuando se quedó tirado. A ver si aprendes la lección.
Desde aquí queremos agradecerle a no neck esta nueva pifia, porque con sus lamentables actuaciones no hace sino corroborar que, hace unos años, no ganaba porque fuese el mejor, porque fuese el futuro de la F1, o porque (esta es mi favorita) él supiese poner el coche a punto mejor que nadie. No, él ganó un par de veces porque todos los que iban delante de él, fallaban.
¡Y qué triste es ganar así!
Por último, y esto es lo más importante, podemos decir que Heikki se encuentra sano y salvo, a pesar del brutal accidente que sufrió durante la carrera. Nuestro equipo de redacción se ha desplazado al hospital donde se encuentra ingresado, para velar por él, y podemos asegurar que su evolución marcha favorablemente.
Esperemos que todo siga así.