Hace bien poco discutía con Paquitall sobre el tan traído y llevado canon del que algo se ha hablado también por aquí. La discusión, excepcionalmente, no era del todo tal porque coincidíamos en casi todo. Uno de los puntos de conflicto era, sin embargo, que yo creo que sí que hay personas que lo defienden convencidas, sin que haya ningún interés oscuro y oculto en sus intenciones. Y traigo un ejemplo de lo que digo.

Javier Marías no es sospechoso (al menos eso me parece a mí) de venderse a ningún postor. Suele decir lo que piensa sin estar sometido a ninguna presión externa. Bien es cierto que puede argumentarse que su opinión no es válida pues, en cierto modo, sería juez y parte en esta controversia, pero ¿acaso no somos todos parte?

Este domingo, en su artículo para El País Semanal, expone sus argumentos en los que el canon no acaba mal parado, aunque propone otra posible solución (nada original, de otro lado).

Discrepo de algunas de las cosas que escribe en ese artículo pero ahí tenemos una versión más cercana a las posturas de la SGAE que a las del resto del mundo, de alguien a quien puede considerarse inteligente y libre de opinar como quiera.