Me he comprado (por fin) dos libros de Gert Ledig referentes a la Segunda Guerra Mundial. No me los he leido aún, pero quería postear unos extractos de la introducción de “Represalia” para haceros entender las ganas que tengo de empezar con ellos:

Sobre su “experiencia” en la guerra:

En 1939, recién terminada su formación en electrotecnia, con dieciocho años recién cumplidos, se alistó en la Wehrmacht, y muy pronto conoció una compañía de castigo: por «provocación». Tras sufrir dos graves heridas (una le costó dos dedos de la mano derecha, la otra destruyó su mandíbula inferior), fue devuelto a Alemania en 1942.

Sobre “el órgano de Stalin”:

Su Stalinorgel refleja la lucha por una colina de Leningrado en 1942 como un espectáculo de horror absurdo: un libro radical sin parangón en la literatura alemana de posguerra, comparable a lo sumo a novelas bélicas posteriores de procedencia americana como Trampa 22, de Joseph Heller (1961), o Matadero cinco, de Kurt Vonnegut (1969).

La crítica dio la bienvenida al libro considerándolo un «documento de implacable desilusión» y escribió que figuraba entre «lo mejor y más impresionante que se había escrito nunca sobre la guerra».

Sobre “Represalia”:

Si en su primer libro había elegido un período de cuarenta y ocho horas (con un epílogo que acontece tres días más tarde), en su novela sobre la guerra aérea concentró la acción en sesenta y nueve minutos: la hora larga de un mediodía de julio del año 1944 que dura el bombardeo a una gran ciudad alemana no identificada.

La novela Represalia es única en la literatura alemana de posguerra en cuanto intento de domeñar desde el punto de vista narrativo un atronador infierno que salta en pedazos, sin suavizarlo ni neutralizarlo con el mero relato de los hechos.

cuando en otoño de 1956 apareció por fin el libro, la reacción pública fue devastadora. El Frankfurter Allgemeine Zeitung se indignó por la supuesta «terrorífica pintura deliberadamente macabra». Die Zeit juzgó que desbordaba el «marco de lo verosímil y razonable». El Rheinischer Merkur creyó descubrir una «abominable perversidad», «una cámara de los horrores». Y el Badische Zeitung expresó con claridad la causa del rechazo de la novela: diez años después de la guerra, el lector rechazaba descripciones en las que «se echa de menos cualquier trasfondo y visión metafísica de orientación positiva».

La novela Represalia es única en la literatura alemana de posguerra en cuanto intento de domeñar desde el punto de vista narrativo un atronador infierno que salta en pedazos, sin suavizarlo ni neutralizarlo con el mero relato de los hechos.


Sobre su vida posterior retirada de la literatura:

Tenía amigos en Croacia, a los que visitaba en ocasiones… y escribir algo sobre la guerra de allí parecía atraerle. «Pero solo conseguí unas cuantas páginas», dijo Ledig. «No había manera. Demasiada distancia. El miedo tienes que llevarlo metido en el cuerpo, tienes que conocerlo perfectamente. De lo contrario eres únicamente un cronista, no un escritor.»

Para aquellos que están creyendo ver en mi a un autentico sádico que quede claro que lo que me atrae (nunca he sido yo de carnaza) es lo crudo que pinta la novela desde el punto de no edulcorar la realidad ni condicionarla con visiones edificantes. Si es ciertamente una visión de como fue la cosa de verdad merecerá la pena. Es más o menos lo que hace Primo Levi en Si esto es un hombre, sólo que aquí parece ser más crudo aún.