Vayamos a los hechos. Está claro que hubo un atentado el 11-M, perpetrado por islamistas radicales, que el gobierno de aquel momento, presidido por José María Aznar, trató de manipular a su favor promoviendo que la autoría del mismo era de la banda terrorista vasca ETA. El tiro les salió por la culata y se descubrió el pastel a las primeras de cambio; desafortunadamente para ellos, antes de las elecciones generales del día 14. El Partido Popular perdió entonces los comicios y dejó paso al Partido Socialista, que sería el que finalmente formaría gobierno.

A partir de ese momento, tanto desde el PP como desde los medios afines a él, se orquestó una conjura para derrocar a los que estaban en el poder y recuperarlo de una forma u otra. Para ello el diario de Pedro J. se enredó en una serie de investigaciones paralelas que pretendían implicar a diferentes estamentos al tiempo que sembraban la duda sobre si ETA había participado en el atentado como medio de exculpar a los populares.

Y aquí empiezan a surgirme las preguntas. ¿Cómo es posible que El Mundo tuviera en su poder el famoso informe en el que se relacionaba el ácido bórico con ETA? A la luz de las incontestables declaraciones de Trashorras la única posibilidad que se adivina es que el mismo periódico pagó o de alguna manera incitó a los peritos a realizar ese informe falso para poder posteriormente airearlo. Traigamos de nuevo a la memoria las palabras de presunto implicado en el atentado: “Mientras el periódico El Mundo pague, si yo estoy fuera, les cuento la Guerra Civil española“. Lo cual nos da una idea de hasta dónde es capaz de llegar este diartio.

Pero no puede ser solamente El Mundo el que está implicado, sino que ha de haber alguien que conozca las tripas de los ministerios y los puntos flacos sobre los que lanzar las acometidas; alguien que hubiera estado al cargo de esos mismos ministerios y organismos. ¿Puede ser, entonces, que sea el PP el que ha orquestado todo este entramado de sospechas y falsedades? ¿Cómo es posible que tengan acceso a informes y sumarios de todo tipo si no hay alguien que, desde dentro, se los proporciona, o los fabrica a su antojo? ¿Y no sería plausible que ese alguien (o esos), fueran topos infiltrados por el PP o funcionarios afectos a ese partido y que permanecieron en sus puestos a la espera de la oportunidad o de una señal desde arriba para ponerse manos a la obra?

Pero vayamos un poco más lejos. En pleno proceso de paz con ETA, ¿a quién podría beneficiar que hubiera disensión entre los dos principales grupos parlamentarios? A la misma banda terrorista, claro está. En este camino iniciado por el PSOE la desunión entre este partido y el PP, así como la crispación y puesta en duda de cada acción del gobierno de Zapatero por parte de los segundos, no hace otra cosa que darle un motivo de presión más a los terroristas vascos, que sabrían jugar bien sus cartas bajo esta perspectiva. ¿Podrían ser, por lo tanto, la cabeza pensante de toda esta conspiración a gran escala, los dirigentes etarras? Serían, además, los que proporcionarían la logística necesaria que falta para llevar a cabo semejante golpe de Estado encubierto. Porque parece claro que el beneficio del PP sería volver a gobernar pero ¿qué habrán ofrecido a cambio a ETA? ¿Cuál es el precio político que pagaremos todos de llegar a buen puerto sus maquinaciones?

Por otra parte, tanto El Mundo como la COPE sacan casi a diario supuestas informaciones sobre cómo se desarrolla la relación entre el gobierno y ETA; informaciones que tratan de desequilibrar a los socialistas en el poder. De ser ciertas sus palabras, ¿cómo obtienen la primicia? Es bien sencillo. Recordemos que un habitual colaborador de la cadena de radio de los obispos es Pío Moa. ¿Todavía no veis la luz? Este señor fue miembro del GRAPO, una banda terrorista. Lo tenéis en frente de las narices. ¿No es posible que durante su militancia en dicha organización estableciera contactos con miembros de ETA y que todavía los mantenga? ¿No sería posible que fueran esos contactos los que facilitan los datos a Pío Moa quien luego los transmite a las personas encargadas de difundirlos, confirmándose así la presunta relación entre ETA, la Cope y El Mundo? ¿Por qué no habla Pío Moa de esos contactos? ¿Por qué calla? ¿Qué tratan de ocultar?

Estaríamos hablando, pues, de un contubernio en el que participan los populares, medios de comunicación como El Mundo o la Cope y como punta del iceberg, la organización terrorista por antonomasia en España.

Los últimos implicados podrían ser los servicios secretos marroquíes, pero sólo porque esos se apuntan a un bombardeo.

Algo huele a podrido en toda la trama de ETA-PP-El Mundo-Cope-Servicios secretos marroquíes y alguien parece tener un interés oculto en que no se investigue. La verdad, sin embargo, saldrá finalmente a la luz algún día. Que dios los coja confesados.