La invasión alemana de Rusia durante al Segunda Guerra Mundial acabó como el rosario de la aurora. Lo que en un principio pensaron que sería un camino de rosas, se convirtió pronto en un infierno para los germanos. Pero el sentido del humor que no falte. Aquí os dejo una parodia de instrucciones de guerra, perpetradas por soldados alemanes y titulada “Notas para los que salen de permiso”, destinadas a los que volvían a la patria:

Debe usted recordar que está entrando en un país nacionalsocialista cuyas condiciones de vida son muy diferentes a las que se ha acostumbrado. Debe ser diplomático con los habitantes, adaptándose a sus costumbres, y evitar los hábitos que tanto le han llegado a gustar.

La comida: no destruya el parqué ni suelos de otro tipo, porque las patatas se guardan en un lugar muy diferente.

El toque de queda: si usted se olvida de la llave, trate de abrir la puerta con un objeto de forma redonda. Sólo en casos de extrema urgencia use una granada.

La defensa contra los partisanos: no es necesario pedirles a los civiles la contraseña ni abrir fuego al recibir una respuesta inexacta.

La defensa contra los animales: los perros con minas atadas al cuerpo son un rasgo típico de la Unión Soviética. Los perros alemanes, en el peor de los casos, muerden, pero no explosionan. Dispararle a cada perro que usted vea, aunque es recomendable en la Unión Soviética, podría crear una mala impresión.

Relaciones con la población civil: en Alemania el hecho de que alguien lleve ropa de mujer no significa que ella sea un partisano. Pero pese a esto, son peligrosas para todo el que esté de licencia del frente.

Y culmina, con retranca:

Nota general: cuando esté de licencia en Alemania tenga cuidado de no hablar de la existencia paradisíaca en la Unión Soviética, no sea que todo el mundo quiera venir y malograr nuestra idílica comodidad.

NOTA: Extraído de Stalingrado, de Antony Beevor.