Se veía venir. Ya lo veníamos diciendo desde este rincón donde la verdad sólo prevalece gracias a mí. Ya no es sólo el ridículo que hizo el Mandril ayer, que estuvo a punto de morder el polvo en la Champions frente a un equipo menor. También empiezan a salir -muy poco a poco porque su poder llega muy lejos-, sus desmanes.

Así, mientras el Barça da la cara en los juzgados, en un encomiable ejercicio de transparencia para explicar todo lo que necesite ser explicado y asumir las culpas de aquello que haya hecho mal -de haberlo-, el Madrid se enfanga más y más en su particular trama con Hacienda donde se demuestra la actitud mafiosa de su dirigente, que intentó amilanar con amenazas a servidores públicos que sólo hacían su trabajo.

En esta ocasión parece que no consiguió sus objetivos gracias a la integridad de los funcionarios, pero ¿cuántas otras veces que todavía no han salido a la luz tendría éxito en sus técnicas sicilianas de amedrentamiento?

No podemos descartar que se destape más mierda sobre el club, otrora blanco, si no lo impide su enorme poder para acallar a los medios. Y aquí estaremos para contarlo.