Sí que debe de ser mágico Alonso cuando, siendo el mejor piloto de la parrilla (según defienden el Cardinal, Fuckitall, el Sr. Lobato, su madre, la madre de Alonso y… nadie más) se ha vuelto a mostrar incapaz de ganar el Campeonato del Mundo de F1. Ni siquiera a lomos de la escudería más renombrada y galardonada de la historia del automovilismo ha sido capaz de ganar a un novato en la F1, como es el Red Bull. Alonso, en realidad, cada vez se parece más al “Atleti”: es el pupas que juega como nunca, y pierde, como siempre.

Las excusas esgrimidas por sus locos seguidores en los últimos años para justificar las repetidas cagadas del asturiano han ido variando según terminaba cada nueva temporada, y si tuviesen la más mínima decencia, contestarían a este post para defender a su corredor, pero claro, no habremos de esperarlo porque Fuckitall y el Cardinal son de los que asoman mucho la cabeza cuando el viento sopla a favor, pero de los que se esconden cuando queda claro que la han cagado.

Pero dejemos a un lado las alucinaciones de los esbirros del asturiano, y centrémonos en la realidad. Y la realidad es esta:

Sebastian Vettel – Tricampeón del mundo de Fórmula 1

Sevastian Vettel. El tricampeón del mundo más joven de la historia de la Fórmula 1.

Tras un final de temporada espectacular, protagonizando remontadas heroicas, en seco o con lluvia, saliendo desde la pole o desde boxes, con accidentes o sin ellos, Sebastian Vettel lo ha vuelto a hacer.  ¡Enhorabuena, campeón!

Si Alonso, que transita sin pena ni gloria por el “circo de la fórmula 1” es “magic”, ¿qué será Vettel?

¡Olvídense de becerros de oro y alaben al verdadero campeón!