En este comentario quiero reunir dos de mis grandes pasiones: la religión y el derecho.

A finales del siglo XIX existía ya el proceso civil (por supuesto) y en él estaba incluída una figura q todavía hoy en día nos resulta familiar: es el llamado juramento decisorio. A todos nos suena más esto bajo la fórmula de “juro decir la verdad, toda la verdad y nada más q la verdad”, ¿verdad?. El caso es q a finales del siglo XIX, cuando una de las partes declaraba bajo este juramento, el tribunal debía aceptar lo así dicho como cierto, hasta tal punto, q si el acusado declaraba bajo juramento q él no era culpable del delito del q se le acusaba, el tribunal directamente debía absolverle, puesto q, al estar bajo juramento, se tomaba su declaración como verdadera.

Hoy en día se ha suprimido esta figura, ya q si a cualquiera de nosotros q hubiese cometido un brutal asesinato nos ofreciesen la posibilidad de quedar impune con tan solo jurar ser inocente ante Dios, creo q mentiríamos como bellacos y elegiríamos con gusto abrasarnos eternamente en el fuego inextinguible del Infierno, antes q pasar 9 años en una prisión estatal rodeado de negros, maricones, negros-maricones y de ex-parlamentarios vascos.

Realmente, como ya decía B. Dylan, “The times they are a-changin´”